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viernes, 4 de noviembre de 2011

Otoño en Quinto real


Caminando entre las hayas, robles y castaños de Quinto real, el viento, cómplice del otoño, reclama sus medallas doradas en forma de hojas arrebatándoselas a los orgullosos árboles que pagan así su tributo tapizando con su lustre el suelo del bosque. Gris plomizo se torna el cielo que con algún claro aun intenta ganar su personal batalla al clima. No quiere el Sol aun esconderse! Caen las hojas al compás de una sinfonía ya escrita acompasando en su vuelo el llanto del bosque que llora por verse desnudo pero que permanecerá altivo al tiempo que aletargado siendo refugio de innumerable vida.
Chispea, llueve, a ratos diluvia y se encharcan los suelos y crecen los hongos. Ensimismado contemplo las andanzas de un pequeño Agateador que busca y rebusca entre los líquenes que jalonan los troncos rectilíneos. Va de aquí para allá, de arriba a abajo sin más preocupación que buscar su sustento. Sabe que se acerca, inexorable, el frío de otoño y necesita prepararse para el invierno cercano. Las ardillas bajan de las copas buscando las preciadas avellanas y caen las castañas creando un estrépito que las alerta y hace que vuelvan a encaramarse en busca de refugio.
Chilla el Arrendajo alertando al resto del bosque y en el silencio del momento, entre claros azules en el cielo, se oye a lo lejos el trompeteo de las Grullas anunciando la llegada del frío. La vida fluye arriba y abajo, en todas sus capas. El bosque está vivo y se prepara para dormitar el sueño del frío. Algo se mueve a mis pies y un precioso Sapo común emerge entre la hojarasca húmeda. Su mirada es tranquila y parece decirme hola.


El Arga y los demás riachuelos transcurren cada vez más caudalosos y el Mirlo acuático busca y rebusca entre las piedras del fondo algo que llevarse al buche.
El bosque parece encantado. Grupos de ciervos aparecen en los claros siempre vigilados por algún macho con portentosa cornamenta.
Y más abajo, grupos de paseantes disfrutan de este espectáculo que es el otoño en Quinto real.
Ven a disfrutar tú también en sus innumerables recorridos.




Salu2

6 comentarios:

mikelgar dijo...

Te sales, Óscar.
Se nota que el bosque te "pone".

Oscar Guindano dijo...

Jejeje, pues si, así es amigo Mikel. Tenemos pendiente una visita a la fabrica de armas de Eugui. A ver si mejora el tiempo y te llamo!!!

Salu2

Ornitocampero.blogspot.com.es dijo...

Bonito relato y buenisima foto del mirlo!
Viendo esta entarad me doy cuenra, una vez mas la suerte que tenemos de tener estos bosques casi en casa!! (ojala siempre sea asi).
Saludos camperos!

Oscar Guindano dijo...

Que cierto es Haritz! A veces no sabemos apreciar lo que tenemos y nos vamos fuera, lejos, buscando algo que tienes al ladito de casa...

Salu2

Jesús Chueca Zalba dijo...

Chapeau Oscar !!!
Buenísima entrada y muy bien ambientada. Un placer recorrer Quinto Real contigo.
Si hubieras estado un pelín más atento, me hubieras descubierto detrás de ese árbol.
Un saludo.

Oscar Guindano dijo...

Pues mira que miré y remiré!! Jejeje. Gracias por la visita, Jesús!!